viernes, 25 de noviembre de 2011

Capitalismo y patriarcado: culpables de feminicidio

Los asesinatos, expresión extrema y visible de la violencia patriarcal, es la punta del iceberg de una violencia reiterada y sistemática contra mujeres y niñas, no circunscrita a la esfera familiar ni a las agresiones físicas

 Desde el año 2003 hasta hoy han sido  asesinadas  606  mujeres por la  única razón de vivir  en una sociedad dividida en géneros y en clases sociales. Muertes contabilizadas en las estadísticas oficiales por ocurrir  en el ámbito de parejas o ex parejas, si bien  sólo representan una ínfima parte de la violencia contra las mujeres. Quedan fuera  otras conductas que al salirse de la esfera doméstica  no son tenidas en cuenta como violencia patriarcal, así se aligeran los datos.  Así se propaga que la violencia es fruto de extravíos individuales sin cómplices y bases que la sustentan.
Los asesinatos,  expresión extrema y  visible de la violencia patriarcal, es la punta del iceberg  de una violencia reiterada y sistemática contra mujeres y niñas,   no circunscrita  a la esfera familiar ni a las agresiones físicas. El menoscabo a la dignidad forma parte de la vida cotidiana de muchas mujeres  en la familia y  fuera. En el  trabajo y en el ocio. Hay todo un  conjunto de violaciones contra los derechos de las mujeres,  actos  y conductas tendentes a ocasionarles  daño  que en ocasiones culminan con la muerte violenta de las mismas y  eso es feminicidio.
La violencia patriarcal estructural y sus múltiples expresiones, incluso los feminicidios, son parte consustancial del sistema de opresión. Por muchas  leyes  integrales, órdenes de alejamiento y  juzgados especiales que se creen,  la incapacidad de  mejorar la situación es evidente. Las mujeres en la sociedad capitalista y patriarcal somos  inferiores a los hombres, ganamos  un 30 por ciento menos, hacemos  doble jornada laboral,  las tareas menos gratificantes, consideradas objetos sexuales por la industria del ocio, con escasa participación  en las organizaciones políticas  ¿quién puede creer en la igualdad real? ¿Para qué sirven los juzgados y las leyes si en la vida real todo está organizado para la división sexual y la desigualdad entre géneros?

No se puede acabar con la  violencia de género sin  acabar con  las causas que la engendran: la desigualdad, la discriminación, la división sexual del trabajo, la familia patriarcal heterosexual, la desvalorización y  la subordinación   son causa de los asesinatos de odio misógino y de la violencia hacia las mujeres.  Para el capitalismo los beneficios  son evidentes,  disciplinadas e intimidadas las mujeres por el patriarcado, obtendrá las mayores ventajas de nuestra fuerza de trabajo.

Fuera de concentraciones silenciosas, intimistas y sentimentales,  denunciamos la santa alianza criminal del capitalismo y el patriarcado.

 
¡LUCHA FEMINISTA CONTRA
LA VIOLENCIA PATRIARCAL!

Comisión Feminista del Comité Central del PCPE