lunes, 1 de junio de 2009

Comunicado de Unión Proletaria ante las elecciones al Parlamento Europeo


¡Por la unidad de los trabajadores, contra la oligarquía!

El día 7 de junio, estamos convocados a elecciones al Parlamento Europeo. Los diputados que elijamos tomarán decisiones que afectarán de forma decisiva a las condiciones de vida de la gran mayoría de la población, que somos trabajadores asalariados, en activo o desempleados. La realidad es que, desde que nuestro país ingresó en la Unión Europea – la cual nos compró con subvenciones a cambio de desmantelar buena parte de la economía productiva-, sufrimos una agresión neoliberal que precariza nuestra situación laboral, que reduce el poder adquisitivo de nuestros salarios, que privatiza y deteriora los servicios públicos, que encarece la vivienda y otros bienes de consumo básicos, etc. A esto ha venido a sumarse en los últimos meses una crisis que dispara el número de despidos, EREs, desahucios y embargos, dejando en el paro a más de 4 millones y en la pobreza a más de 9 millones de ciudadanos, mientras los bancos y grandes empresarios reciben miles de millones de euros del Estado, es decir, a cuenta de nuestros escasos salarios presentes y futuros. Y por este desastre tienen que responder los gobernantes y los representantes políticos que favorecieron o consintieron o, incluso, no denunciaron a tiempo las causas que iban a provocarlo.
Los poderosos representantes de la minoría oligárquica

No debemos dejarnos engañar otra vez por los principales responsables: el PP y el PSOE (y su bisagra, UPyD). El circo político que montan con sus acusaciones mutuas, sus insultos, sus controversias en asuntos de importancia secundaria, … no son más que maniobras de distracción, apoyadas por los medios de comunicación de masas, las leyes y la judicatura, para monopolizar la escena política, silenciar las alternativas democráticas y encubrir a los verdaderos beneficiarios del régimen político vigente en España y en Europa: la oligarquía financiera poseedora de los grandes capitales.

La crisis por la que estamos atravesando no es solamente financiera, no tiene como causa real la falta de regulación estatal de los mercados, como pretenden tranquilizarnos los que quieren salvar, refundar, humanizar o reformar el capitalismo. Al contrario, esa financiarización desbocada ha sido una necesidad de vida o muerte para el capitalismo. No, la causa de crisis actual radica en el mismo sistema productivo capitalista. O elegimos salvarlo, es decir, salvar la tasa de ganancia de los grandes capitalistas a costa de aumentar la explotación de los trabajadores. O elegimos sacrificar el capitalismo para salvar a la mayoría de la población, avanzando hacia la socialización de los medios de producción, hacia el socialismo. Esto es lo que está en juego, también el próximo 7 de junio.
Las alternativas democráticas

Los partidos nacionalistas no se distinguen del PP y del PSOE, en esencia, más que por intereses territoriales. Izquierda Unida, en cambio, plantea el horizonte del socialismo y recoge las reivindicaciones inmediatas de los trabajadores y del movimiento sindical. Sin embargo, se trata de esas buenas intenciones de las que está empedrado el infierno, puesto que no reclama la supresión de los obstáculos principales que se alzan contra aquellas reivindicaciones: la monarquía impuesta por la oligarquía a través del franquismo y la propia Unión Europea imperialista. IU, como parte del Partido de Izquierda Europea –dirigido por los partidos comunistas europeos más derechizados (no propone siquiera ninguna nacionalización)-, exhibe con orgullo sus orígenes eurocomunistas y su vocación europeísta, pretendiendo que creamos posible la conversión de la Europa de los monopolios en una Europa de los trabajadores y de los pueblos. Como ya sostuvo Lenin, los Estados Unidos de Europa son imposibles o son reaccionarios. Los comunistas rechazamos la integración económica y política de las oligarquías nacionales europeas, hecha para oponerse al socialismo y para reforzar la explotación sobre los trabajadores, el neocolonialismo, la rivalidad con el imperialismo yanqui y la depredación de la naturaleza. Europa es una cadena imperialista cuyos eslabones más débiles lucharán por liberarse para construir el socialismo, también contra quienes pretendan fortalecer y disfrazar esa cadena. Frente al señuelo de una Europa social, defendemos la unidad internacional de la clase obrera y de los pueblos de todos los continentes.

Izquierda Anticapitalista representa una tentativa de competir con IU por esta misma política reformista, pero revestida de fraseología más radical, “moderna” y aun más aduladora de los movimientos reivindicativos parcializados. Tampoco toma una posición de clase contra la burguesía y por el socialismo. Y, coherentemente con su ideología trots-kista, no cuestiona el marco político europeo y se opone a la unidad obrera y popular al denigrar como “orientación neo-estalinista sectaria” la política de los partidos comunistas que, como los de Bélgica, Grecia y Portugal, reivindican los principios del marxismo-leninismo y logran un respaldo creciente de los trabajadores de sus países.

Iniciativa Internacionalista representa una alternativa que, junto con las demandas sociales de los trabajado-res, centra su objetivo en el derecho democrático de las naciones a la autodeterminación, particularmente de aquéllas que no pueden ejercerlo dentro del Estado español. Esta formación ha sufrido un intento frustrado de ilegalización, con el pretexto de unos vínculos inexistentes con el terrorismo. Este hecho pone de manifiesto los límites de la democracia burguesa: ésta aplasta a quienes estorben a sus fines imperialistas, eso sí, procurando no poner en riesgo su legitimidad popular. Aunque todos los proletarios conscientes somos respetuosos con los derechos nacionales de los pueblos oprimidos, no podemos subordinarnos a las fuerzas soberanistas e independentistas de izquierdas cuyo programa nacionalista –reverso del nacionalismo español- fragmenta y debilita a nuestra clase social (por no hablar de que su alternativa al marco español es el todavía más imperialista marco europeo). Es más, para el reconocimiento del derecho a la autode-terminación de Euskadi, Cataluña, Galicia, etc., no es indiferente la lucha por la democracia en España: la lucha por una república democrática, en el camino hacia la revolución socialista, proporcionará el medio menos doloroso para la liberación y la eventual unión voluntaria de los pueblos de nuestro país.

Frente a esta democracia pequeñoburguesa –vacilante e inconsecuente-, se alza la democracia proletaria, representada por el incipiente proceso de restablecimiento del movimiento comunista internacional. En Europa, un gran número de partidos comunistas se han unido para confeccionar un programa consecuente con los intereses de los trabajadores y que, por consiguiente, aboga por la retirada de sus países de la Unión Europea y la disolución de este engendro imperialista. Lamentablemente, todavía no reúne a todas las organizaciones marxistas-leninistas y ni siquiera reconoce esta carencia para superarla. En España, la candidatura del Partido Comunista de los Pueblos de España será la que represente esta opción, aunque esta organización no ha contado previamente con otras formaciones comunistas y democráticas, e incluso ha rechazado las propuestas de unidad electoral de éstas, prefiriendo postularse en solitario. Reconocemos la escasa fuerza de masas que tienen las opciones electorales realmente de izquierdas y los riesgos que esto entraña, pero, en contrapartida, su éxito favorecería el desarrollo de esa base social, al ser su portavoz más fiel en las instituciones repre-sentativas aceptadas por la población laboriosa. La lucha de clases no es un proceso mecánico de crecimiento desde la base económica hasta la superestructura política. La abstención u otras opciones análogas nos parecen incorrectas por cuanto equiparan a las distintas fuerzas políticas en liza y desaprovechan una oportunidad, aun meramente electoral, para construir la alternativa revolucionaria. Por eso, y a pesar de sus defectos, apoyamos la candidatura del PCPE en las elecciones al Parlamento Europeo, 1º) como expresión de la necesidad de los trabajadores de oponerse a la UE y de sacar a España de esta estructura imperialista, y 2º) como parte del esfuerzo de Unión Proletaria por alcanzar la unidad comunista, obrera y popular, hacia la república y el socialismo.

El Comité Central, a 24 de mayo de 2009.