miércoles, 20 de febrero de 2008

Artículo de Julio Díaz: ¿Qué ocurre con la economía en esta campaña?

Ahora que en vísperas del inicio de la campaña electoral ya estamos cansados de tanta palabrería y falsa promesa en busca del voto popular, de repente, y sin que ningún medio de comunicación facilite la más mínima pista al respecto, me percato que la economía y la crisis, que al principio del debate electoral se había convertido en el eje central del mismo, desaparece de los guiones de campaña del PPPSOE y acuerdan seguir lanzándose sus dardos envenenados de hipocresía y mentiras en el terreno de la inmigración, seguridad ciudadana, servicios sociales, ETA, política exterior… Hasta las estrellas económicas de ambos partidos, elevadas inicialmente a púgiles de primera, son relegados, con sus coincidentes recetas neoliberales, a una discreta tercera o cuarta fila. ¿Qué habrá pasado?

Seguro que las interpretaciones son diversas. Estarán las oficiales que, si alguien se las pide, darán los responsables de campaña sin aportar nada nuevo; tampoco faltarán las que, normalmente desde la insensatez y el pesebre, aportarán los comentaristas de radio; pero seguro que faltará la que trate de buscar la razón material de esta decisión estratégica que, de forma unánime, han adoptado los dos partidos mayoritarios.

La estabilidad y la confianza son factores fundamentales para cualquier economía y el derrotero de algarada callejera que estaba adquiriendo el debate hacía que se empezaran a prodigar datos que, para una gestión de la crisis favorable a los intereses de la oligarquía, no era positivo que se socializasen. El aumento del paro, de la inflación, de los impagados, el parón en la construcción, el incremento de la factura energética, las previsiones a la baja del crecimiento económico, la destrucción de la industria tradicional… son situaciones que la clase obrera, la juventud y los sectores populares inevitablemente padecen, pero sobre las que no se puede verter ningún haz de luz que posibilite que se racionalicen sus causas. Estas situaciones, que se derivan de la explotación y de la insensatez del mercado capitalista, para ser bien gestionadas por el sistema, se deben presentar como irremediables y sin causantes conocidos. Una especie de castigo divino por el que debemos renunciar a muchos derechos adquiridos con gran sacrificio y lucha y aceptar que, para el mantenimiento de la tasa de ganancia de los mismos prebostes de siempre, los trabajadores y las trabajadoras estemos obligados a entregar una parte muy importante de nuestra vida al capitalismo. Jornadas de más de 10 horas, horas extras que no se pagan, convenios que no se cumplen, privatización de la sanidad y educación pública, reducción de impuestos a las empresas y a las grandes fortunas son el día a día que, tras los grandes titulares de campaña del PPPSOE, podía empezar a hacerse presente en los debates entre la gente y que de ninguna de las maneras el sistema se podía permitir que se diera.

Es preferible ensimismarnos con todo aquello que nos aleje del debate central y de la búsqueda de los responsables de nuestras dificultades para llegar a final de mes. Interesa más buscar los demonios fuera y sacar a relucir los espantajos del terrorismo, la xenofobia y el agua y, si no quedamos suficientemente alineados con los consensos ideológicos y sociales que desde el poder se imponen, se nos ofrecen multitud de “regalos” que se nos harán con el superávit de caja de la octava potencia económica del mundo (ZP dixit). De la crisis al optimismo. Sin darnos cuenta nos sitúan en la clave que ellos quieren: la economía va bien, si tienes dificultades es tu problema por no ser competitivo.

Así de claro lo tiene la gran patronal y de esta forma tan disciplinada han aceptado el PP y el PSOE las “orientaciones” de campaña que les han impuesto los Botín y Cía. De esta forma queda bien claro quien manda y el carácter de clase que tendrá cualquiera de los gobiernos que puedan liderar Rajoy o Zapatero; incluido, sin lugar a dudas, el que con ministros de IU, le ha suplicado Llamazares a Zapatero en el Forum Europa celebrado en el Hotel Ritz ante un montón de empresarios de esos que no dudarán en aplaudir las regresivas reformas que un futuro gobierno de la socialdemocracia, con o sin ministros de IU, aplicará para gestionara la crisis favoreciendo los intereses del capital.

Julio Díaz.
Militante del PCPE