viernes, 23 de mayo de 2008

McCAIN Y EL “EXILIO” CUBANO: ENTRE CRIMINALES ANDA EL JUEGO

Resulta muy difícil aparcar la ira e intentar dar una respuesta comedida y reflexionada a una secuencia de noticias aparecidas ayer, 21 de Mayo.
Ambas tienen cabida, como digo, este mismo día y separadas por unas cuantas páginas la una de la otra en el periódico El País, buque insignia del grupo mediático-mafioso PRISA (o mafioso-mediático, tanto más da el orden porque aquí sí que constituye un verdadero acertijo saber qué fue antes) que diariamente, y como un gran “puto”, (así se definía el fallecido “gran patrón” Jesús Polanco a la hora de vender sus servicios a cualquier postor político que no osara inmiscuirse en sus negocios) eyacula propaganda y directrices ante el deleite de la grey “socialista y obrera” y demás pléyade de progres imbéciles y/o devenidos en tales paulatina, pertinazmente y, por desgracia, sin posibilidad de remisión (léase Sabina & Cia.).
Pero acudamos a las noticias propiamente dichas. La primera, sita en página 2, narra el encuentro del candidato republicano a la Presidencia de los USA, John McCain con “la comunidad de exiliados cubanos en Miami” (o sea, el núcleo duro de la banda de gusanos contrarrevolucionarios y mafiosos que manejan las decisiones políticas en el Estado de Miami) en las que promete, si accede a la presidencia, agárrense porque tiene bemoles el asunto, “procesar ante tribunales norteamericanos a altos funcionarios cubanos, entre ellos Fidel y Raúl Castro”, “encargar a su futuro Fiscal General que investigue los casos, como derribo de aviones (sic)... y tráfico de drogas en los que puedan estar involucrados funcionarios cubanos” o “evitar que Venezuela y Bolivia tomen la misma ruta fracasada que Castro pavimentó para su país". Jugosas, ¿verdad?.
Es necesario comenzar diciendo que John McCain formó parte del contingente de cientos de miles de criminales de guerra norteamericanos que, junto a surcoreanos, australianos, filipinos e incluso algún español invadieron y cometieron todo tipo de atrocidades en Viet-Nam, Camboya y Laos durante más de una década del siglo pasado. También es necesario destacar que John McCain, piloto de cazabombardero derribado sobre Hanoi por un misil nordvietnamita en 1967, y a pesar de sus fechorías, debe su vida al perdón de un pueblo, un ejército y un gobierno de la República de Viet-Nam que decide liberarlos a él y a todo el conjunto de asesinos responsables de la muerte de millones de personas inocentes, tras ganar la guerra. Con el permiso de las autoridades vietnamitas, debemos plantearnos aquí si fue acertada esta decisión de liberarlo a él y al resto de esa chusma descubriendo en lo que alguno de sus antiguos prisioneros ha devenido.
Dicho esto, y en lo que las declaraciones del cretino McCain se refiere, basta pararse a reflexionar y a escarbar superficialmente en la inmundicia que sus declaraciones constituyen, para pararse a preguntar:
1º:¿Cómo es posible que el país que tiene a sus espaldas el mayor número de injerencias externas, intervenciones militares, actos de guerra sucia, soporte a actividades terroristas, bloqueos económicos, derribo de gobiernos y violaciones de buena parte de la Declaración de Derechos Humanos pueda tener como aspirante a Presidente a un tipo que unilateralmente declara sentirse capacitado para sentar ante el corrupto sistema judicial norteamericano a Jefes de Estado de un país, que el próximo 1º de Enero cumplirá 50 años siendo precisamente la mayor víctima de las actuaciones anteriormente descritas?.
2º:¿Cómo es posible que el país que ha dirigido directamente o financiado intentos de invasión, bloqueos económicos, ametrallamiento de pesqueros, explosiones en barcos o aviones, envenenamientos masivos, secuestro de niños, atentados tanto en edificios institucionales como de carácter privado, quema de cosechas, introducción de plagas y enfermedades, intento de magnicidios... tenga como candidato a un personaje que tiene el rostro de hablar ante el foro de hienas que constituye buena parte del llamado “exilio cubano” de Miami, sobre la protección de no se sabe qué derechos?.
3º: ¿Cómo es posible que un ciudadano que defiende, no sólo la soberanía norteamericana de un territorio amputado en su día ilegalmente a la República de Cuba, sino su conversión en centro de reclusión y de horrendas torturas, como es la base naval de Guantánamo; que defiende la impunidad y el acogimiento dentro de las fronteras de su país a terroristas confesos como Luis Posada Carriles (autor de la explosión en 1976 en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación) y de organizaciones como Alpha 66; que se otorga el derecho a intentar impedir el ejercicio de la soberanía de otros Estados como Venezuela o Bolivia (como ya hicieron en Chile, Granada, Panamá, Nicaragua, Irak, Líbano...) mientras osa mencionar cualquier supuesto de justicia o libertad; que el candidato a la jefatura de un gobierno responsable de la muerte y las heridas a miles de hombres, mujeres, niños y niñas de Cuba se atreva a hablar de “atentados contra ciudadanos norteamericanos”?. ¿Cuándo y dónde esos atentados, “Sr.” McCain?
4º: ¿Cómo se atreve a hablar de perseguir el tráfico de drogas el candidato a presidente de un país cuyos bancos tienen entre sus principales operaciones, y como fuente de beneficios, el lavado del dinero procedente precisamente del tráfico internacional de estupefacientes, y en cuyo país se producen los mayores índices de consumo y tráfico?
Pero este personaje, al igual que el actual inquilino de la Casa Blanca, ¿es un borracho, un hipócrita o simplemente prepara una declaración de intenciones para convertirse en lo que el conjunto de los antecesores en el cargo al que él aspira se convirtieron en su día en mayor o menor grado, es decir, en un criminal?
Dejémoslo ahí y enlacemos con la noticia aparecida unas páginas más atrás.
Hablando de la situación en la que se encuentra el proceso seguido contra los soldados norteamericanos asesinos (permítase el último adjetivo reiterativo, pues la expresión “soldado norteamericano” ya lleva implícita la mayor parte de las veces el término “asesino”) del cámara español José Couso hace ya cinco años en el Hotel Palestina de Bagdad, y ante la (casi nula) posibilidad de que los tres soldados yankees pudieran declarar (ojo, ni tan siquiera ser juzgados) en España, un funcionario del Departamento de Estado norteamericano declara: “¡Antes se helará el infierno!”.
Recopilando:
A): 5 ciudadanos de Cuba, héroes sin duda, cumplirán el próximo otoño 10 años en cárceles norteamericanas por jugarse la vida haciendo lo que en principio debiera hacer (y que, evidentemente no hace, sino todo lo contrario) el gobierno de EE.UU. en su propio territorio: prevenir ataques terroristas planeados, financiados y que cuentan como base operaciones el Estado de Florida.
B): Terroristas confesos, o dicho de otra forma, responsables directos de la muerte de inocentes que, para colmo, se jactan de sus actos, residen impunemente dentro del territorio norteamericano, cuyo gobierno se niega a observar las peticiones de extradición de los Estados que legalmente solicitan les sean entregados para su enjuiciamiento.
C): Personal civil o militar norteamericano se ve protegido por leyes de su país que les otorgan absoluta impunidad por cualquiera de los actos cometidos en sus “misiones” en otros Estados, quedando sometidos exclusivamente a la jurisdicción de EE.UU.;
D): Cuadrando el siniestro círculo, EE.UU. se concede a sí mismo unilateralmente el derecho a “procesar ante tribunales norteamericanos a altos funcionarios” (Mccain dixit) extranjeros.
Sobran las palabras tanto como siguen faltando actos que borren para siempre de la faz de La Tierra semejante ejercicio de cinismo criminal.

Juan Carlos Martínez. Militante del PCPE